Cuando los niños experimentan malestar físico, ya sea un dolor de barriga o de cabeza o un resfriado común, no dudan en compartir sus sufrimientos con sus padres, quienes responden con cuidado, ofreciendo consuelo y soluciones. Sin embargo, cuando se trata de temas como el estrés, la ansiedad o la depresión, iniciar una conversación se vuelve más complejo por diversas razones. Estas incluyen el estigma y la falta de comprensión en torno al tema, el temor al juicio de valor, la carencia de vocabulario adecuado y factores culturales. Este artículo explora estrategias para superar estos desafíos y crear un diálogo abierto con nuestros hijos sobre su bienestar mental.
Elija el momento y el lugar adecuados
Abordar temas de salud mental requiere un entorno seguro y cómodo. Elija un momento en el que su hijo esté relajado y no esté distraído con otras actividades. La privacidad es fundamental para asegurarse de que su hijo se sienta seguro al expresar sus pensamientos y emociones de forma abierta sin temor a ser juzgado.
Utilice preguntas abiertas
Al fomentar la conversación, vale la pena considerar el uso de preguntas abiertas en lugar de cerradas. Estas últimas pueden responderse con un simple "sí" o "no" y pueden obstaculizar la discusión posterior. Por ejemplo, en lugar de preguntar a un niño, "¿Estás bien?", pruebe alternativas como, "¿Puedes decirme cómo te sientes hoy?" Este tipo de preguntas anima a los niños a expresarse de manera más profunda y abierta.
Practique la escucha activa y valide los sentimientos
Cuando sus hijos se expresen abiertamente acerca de sus sentimientos, escuche . con atención. Muestre empatía al validar sus emociones sin juzgar. Asegúreles que experimentar tales emociones es perfectamente normal y que está allí para apoyarlos. Por ejemplo, puede decir: "Entiendo que te sientas triste, y a veces está bien sentir tristeza".
Fomente la honestidad
Cree un ambiente donde se valore y se premie hablar de manera honesta. Haga saber a su hijo que pueden acudir a usted con cualquier preocupación o emoción, sin importar lo grandes o pequeñas que parezcan. Fomente un entorno donde los niños se sientan cómodos siendo sinceros acerca de sus experiencias y sentimientos.
Adapte su lenguaje a la edad del niño
Cuando hable de salud mental con sus hijos, trate de utilizar términos adecuados para su grupo de edad. Los niños más pequeños pueden responder mejor a explicaciones simples, mientras que los niños mayores pueden manejar discusiones más complejas. Existen libros, medios audiovisuales y otros materiales personalizados para categorías de edad específicas que abordan temas de bienestar emocional y mental (puede explorar algunas opciones de libros aquí).
Considere buscar ayuda profesional
Durante sus conversaciones, vale la pena enfatizar que, aunque usted está allí para apoyar a sus hijos, existen profesionales como terapeutas y consejeros que son expertos en ayudar a las personas con desafíos de salud mental. Explíquele a su hijo que buscar ayuda profesional cuando sea necesario es un paso valiente e importante.
Para concluir, fomentar conversaciones abiertas y transparentes sobre la salud mental es un proceso continuo, y cada individuo tiene su propio ritmo y disposición cuando se trata de compartir sus sentimientos. Sea flexible y paciente, permitiendo el tiempo necesario para este proceso de acuerdo a las circunstancias. A medida que rompa gradualmente el silencio y elimine el estigma en torno a la salud mental, estará empoderando a sus hijos para afrontar los desafíos de la vida con confianza y resiliencia.
Enlaces recomendados:
Hablar con frecuencia: Habla de salud mental con los niños, artículo en EncuentraQuéDecir.org
Cómo hablar con sus hijos sobre la salud mental, artículo de la Doctora Meera Beharry en la web de Baylor Scott & White Health
Cómo hablar con su hijo sobre salud mental, artículo en la web de Valley Children's Healthcare
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